En un mundo hiperconectado, plataformas como WhatsApp se han convertido en herramientas de comunicación casi universales. Sin embargo, su uso en el contexto terapéutico plantea serias dudas éticas y profesionales. ¿Debe un psicólogo usar WhatsApp con sus pacientes? ¿En qué condiciones? ¿Qué riesgos existen? En este artículo exploramos estas preguntas desde la práctica clínica online.
Qué es el encuadre terapéutico digital
El encuadre terapéutico es el conjunto de reglas y límites que sostienen el espacio terapéutico. En el entorno online, este encuadre también debe incluir las herramientas digitales utilizadas. Establecer cómo y cuándo se puede contactar al terapeuta, a través de qué medio, y con qué tipo de mensajes, es parte fundamental del acuerdo inicial con el paciente.
Ventajas y riesgos del uso de WhatsApp
Ventajas:
- Permite una comunicación rápida en situaciones específicas (por ejemplo, confirmación de cita).
- Es familiar y accesible para la mayoría de los pacientes.
Riesgos:
- Vulnerabilidad de los datos personales (no cumple con estándares como el RGPD sin cifrado extremo a extremo específico).
- Confusión entre lo terapéutico y lo informal.
- Posibilidad de invasión del espacio personal del terapeuta.
- Expectativas de disponibilidad constante.
Alternativas profesionales y seguras
Para garantizar la confidencialidad y mantener límites claros, existen herramientas más apropiadas que WhatsApp:
- Plataformas de gestión terapéutica como Doctoralia, Quenda o TherapyChat.
- Correo electrónico profesional cifrado, con respuesta dentro de horarios definidos.
- Aplicaciones de mensajería segura, como Signal o plataformas de videoterapia que incluyen mensajería integrada.
Lo importante es que el canal de comunicación elegido esté alineado con el encuadre clínico y la legislación vigente.
Recomendaciones éticas y legales
- Informa al paciente desde la primera sesión qué medios se utilizarán.
- Establece horarios claros para la comunicación fuera de sesión.
- Evita intervenciones terapéuticas fuera del espacio pactado.
- Documenta los acuerdos de contacto en el consentimiento informado.
Conclusión
WhatsApp no es, por sí solo, ni ético ni antiético. Su uso depende del encuadre, del tipo de vínculo con el paciente y de las medidas de seguridad y claridad comunicativa que se implementen. Lo importante es proteger tanto el proceso terapéutico como la integridad del vínculo clínico.